A NUESTRA CORTA EDAD
Escrito por: Danias
Mi hermana gemela y yo queríamos emprender un negocio con apenas 14 años, aún no sabíamos de qué y no contábamos con capital. La pandemia nos hizo cambiar nuestra forma de pensar, a tal grado que queríamos hacer algo con nuestro aburrimiento en casa. Se vino el cumpleaños de mi hermana menor y tenía el deseo de tener una piñata así que nos pidió que le hiciéramos una vaca de Minecraft y un alien.
Su cumpleaños se acercaba y empezamos a juntar dinero no solo para realizar las piñatas también era para los gastos de la casa, ya que nuestro papá no tenía trabajo. Todo empezó con una mesita de gelatinas y mientras lo atendíamos hacíamos las piñatas ya antes mencionadas. El cumpleaños de mi hermana fue lo mejor de la cuarentena, nos divertimos mucho solo mis hermanos, hermanas y mis padres. ¿Y qué les puedo decir de las piñatas? fueron la cereza de la fiesta, a pesar de que mi hermana cumpliera 13 años disfrutó sus piñatas.
Para eso mis hermanas y yo estábamos dando clases regulares en el patio de nuestra casa, con los vecinos de la calle, y de ahí empezó a correr la voz de que ahí se hacían piñatas bonitas.
Nosotras con ayuda mi mamá e internet estábamos probando técnicas y modelos de piñatas, al igual que buscábamos vender de mayoreo en las dulcerías del pueblo. Abrí un perfil en Facebook y subí fotos de las creaciones más recientes y compartí en los grupos de venta alrededor.
Un día salimos a ofrecer a las dulcerías; todos nos decían que querían el producto más económico para obtener mayores ganancias, nosotros manejamos modelos de calidad, y no podíamos dar tan barato. Seguimos insistiendo y justo ese día estaba el jefe de una dulcería, que muy amable pidió le mostramos nuestras piñatas, lo dudo un momento al vernos tan pequeñas, pero creo las ganas de emprender se nos veían desde una cuadra antes. Le hicimos un pedido de 10 piñatas, y eso fue lo que nos hizo querer seguir creciendo y seguir innovando. Ya habíamos invertido el dinero del primer pedido, como seguíamos haciendo piñatas y en nuestra habitación ya no cabían ni en nuestra casa. Decidimos abrir un local.
Estuvimos buscando un local, pero los dueños no confiaban en nosotras por ser menores de edad, a pesar de eso seguimos buscando y por fin conseguimos el local perfecto. Al momento de abrir estábamos entusiasmadas. ¡Claro, no más entusiasmadas que los niños pequeños que pasaban y gritaban que querían una piñata!
Nunca imaginé que un local nos daría mas posibilidades y ventajas.
Así fue como innovamos las piñatas en el pueblo e inspiramos a los jóvenes a emprender y perseverar no solo en un negocio, si no como personas; la edad es lo de menos teniendo como valor principal la responsabilidad, sin duda el dinero tampoco te puede detener, al principio es difícil crear la suficiente capital para emprender en grande, pero con paciencia y constancia lo conseguirás haciendo lo que más te gusta.
Este Diciembre cumplimos un año de esta maravillosa idea, alegrando los corazones de los pequeños niños y niñas que seguro crecerán con el bonito recuerdo de una piñata especial, y también a los no tan pequeños que llevan a su niño interior. Esperamos seguir con este proyecto mucho años más, y seguir inspirando a más jóvenes.