Las terribles etiquetas
Escrito por: Peque
¿”Ser diferente” es un término muy ambiguo no crees?, ¿Qué significa? Significa ir en contra de la corriente. Es ir en contra de lo que conocemos, de enfrentar retos y de explorar nuevos mundos. Es, simplemente, ser diferente.
Cuando era niña, me pusieron muchas “etiquetas” por ser distinta al resto de mis compañeros. Yo era la chica que se ponía a leer en los rincones para poder explorar los personajes y mundos de mis novelas.
Los niños se reían de mí y me quitaban mis libros porque les disgustaba verme leer. Las niñas me decían cosas como “alienígena”, “rara”, “matadita” e, incluso, “inteligente”.
—Voy a competir contigo a ver quien saca 100 en la clase—dijo un chico antes de un examen.
—Te gané. Supongo que no eres tan inteligente como todos decían—dijo entre risas después de obtener las calificaciones.
Odié la palabra “inteligente”. Sonaba como si fuera algo terrible, como si tuviera alguna enfermedad, o como si yo fuera un fenómeno.
Un día las cosas cambiaron. Recuerdo que era un día soleado y estaba en el salón de clases. Todos mis compañeros estaban ahí y un niño me estaba molestando porque estaba leyendo mi libro favorito: Crepúsculo. Agarró mi libro y lo empezó a rayar. Estaba muy enojada y triste. Quería gritar y llorar, solo quería que me dejaran en paz.
Entonces, hice lo impensable, me armé de valor y le puse un alto a todo esto. Le quité el libro y, aunque tenía miedo de lo que los demás pudieran pensar de mí, fui con la maestra y le conté todo. Le dije que no quería que me siguieran molestando, y que ella dejara de ponerme como el ejemplo frente al salón porque eso empeoraba las cosas. Que ya no quería ser la chica que todos odiaban por tener buenas notas.
—No tiene nada de malo ser diferente. Tú eres diferente pero eso es lo que te define como persona— dijo con ojos de ternura.
No lo entendí en ese momento, me pareció muy extraño lo que me estaba diciendo. Lo que me alegró fue cuando regaño al niño enfrente de todos.
—¡Si los veo otra vez molestando, habrá un castigo para todos!—dijo.
Lo que dijo mi maestra, no tuvo sentido para mí hasta después. Comprendí que ser inteligente no era malo, sino que era algo que me ayudaría a llegar a la cima para alcanzar mis sueños.
En la preparatoria, me dediqué a mis estudios, saqué muy buenas calificaciones y obtuve una beca para estudiar en la universidad la carrera que quería. Cuando estuve en la carrera, obtuve las mejores calificaciones de mi facultad, y ahora tengo un trabajo que disfruto y anhelo.
Entonces te diré un secreto: el antídoto para lograr acabar con las etiquetas o, mejor dicho, con el “bullying” es… pidiendo ayuda. Sé que tendrás miedo. Sé que pensarás «qué dirán de mí», y «si me dejan de hablar mis compañeros» o «qué tal si me siguen molestando». La mejor forma para salir del problema es pidiendo ayuda a tu mamá, papá, maestros o amigos. Siempre hay alguien para ayudarnos.
Y, antes de despedirme, siempre recuerda que ser diferente no es malo, no es una enfermedad. Las personas no deberían etiquetarnos o decirnos nombres por ser diferentes al resto, por querer sobresalir. Tú eres diferente, y eso es lo que te hace especial.