Medios de (des)información masiva: Las elecciones y las redes sociales

El periodo histórico por el que cursamos actualmente ha recibido el nombre de “Era de la información”, o “Era Digital”. El hecho de que el 45% de la población mundial – más 3,500 millones de personas – ingresen diariamente a sus redes sociales nos lleva a entender el siglo XXI, y sus eventos y fenómenos, como uno que se desarrolla en la virtualidad (Emarsys, 2019). Cada día, el usuario promedio pasa una media de tres horas en las redes sociales: tiempo en el cual somos expuestos a una cantidad de información sin precedentes históricos. El acceso a noticias de fuentes diversas, a enciclopedias y bibliotecas digitales gratuitas, y a vías para comunicarnos de manera instantánea con personas de cualquier parte del mundo, han representado avances importante en el acceso al ejercicio de nuestros derechos.

Sin embargo, ciertos sucesos recientes, como el escándalo de Cambridge Analytica, nos han obligado a confrontar una preocupante realidad – las mismas aplicaciones, sitios y medios electrónicos que nos han permitido ejercer nuestro derecho a la libre expresión a mayor escala que nunca, y tener acceso a información que en otros momentos históricos hubiera sido censurada, también nos exponen a una ola de desinformación sin precedentes históricos. Los fenómenos sociológicos de histeria colectiva o efectos “nocebo” – un placebo negativo, causado por exposición a información falsa sobre riesgos a la salud – se han trasladado también al mundo virtual (Universität Mainz, 2013). Así, una publicación sobre cómo los campos electromagnéticos producidos por el WiFi o el 5G causan enfermedades, puede llevar a la manifestación de síntomas reales en el cuerpo de los usuarios de estas redes sociales. Y una noticia falsa puede llegar a propagarse más rápido, debido al funcionamiento de los algoritmos de las redes sociales, que las publicadas por fuentes fidedignas.

Jacobo Licona, experto que estudia el fenómeno de la desinformación en redes sociales para EquisLabs, comentó que en el año 2020 se dispararon la escala y la naturaleza de la desinformación:

“Se alimentan de temores reales sobre la pandemia, sobre el socialismo y y la explotación de las posibles brechas dentro de las comunidades (…); hay desinformación de personas que ni siquiera entienden cómo la están difundiendo, que sigue avivando la tensión y la ansiedad reales en este momento” (Mazzei & Medina, 2020).

Uno de los motivos por los cuales la facilidad con que se difunde información falsa en Internet se ha vuelto motivo de alarma, es el impacto que esto puede tener en las instituciones democráticas de los países, mediante la desinformación electoral. En EE.UU., por ejemplo, un estudio de 2020 encontró que las principales tendencias de desinformación en Internet tenían como intención desincentivar al voto, cuestionando la seguridad de la votación por correo, sugiriendo que el proceso para votar era demasiado complicado, o mediante “tácticas intimidatorias sobre la higiene de los centros de votación” en el contexto de la pandemia. Asimismo, en cadenas de WhatsApp y vía Facebook se propagaron rumores diseñados para suprimir el apoyo a Joe Biden de parte comunidades latinas, insistiendo, por ejemplo, que el candidato practicaba brujería, o que estaba aliado con el Partido Comunista Chino.

El fenómeno de la desinformación electoral no se da solo en Estados Unidos. Las elecciones en México también corren peligro de ser manipuladas por fake news difundido en redes sociales. Para que tú y tus familiares puedan evitar esto, te aconsejamos seguir las recomendaciones de FactCheck.org para hacer una verificación de hechos por tu cuenta:

1.        Considera la fuente: Hay casos en que se busca engañar a los usuarios desde páginas de noticias falsas que buscan aparentar ser otras, imitando sus logotipos y el formato de las publicaciones. Revisa el sitio web en que encontraste la noticia para asegurarte que no se trate de una simulación de otro.

2.        Lee la noticia, no el encabezado: Hay muchas noticias que buscan alarmar a los lectores que solo lean el encabezado de un artículo; revisa el texto completo para asegurarte de que el título no sea una exageración de hechos que no se fundamentan en el resto del artículo.

3.        Considera el autor: La gran mayoría de artículos de fake news están escritos bajo nombres falsos, y a menudo por supuestos expertos. Ingresa el nombre de la o el autor en un buscador: ¿Qué otros artículos ha escrito? ¿Cuáles son sus referencias? Cuestiona la veracidad de artículos que no incluyen siquiera el nombre de su autor.

4.        Considera las referencias: La información de artículo que no se basa en fuentes confiables no debe considerarse fidedigna. Revisa: ¿cuáles son las fuentes que utiliza el autor?, ¿son confiables? Si buscas otras noticias sobre el tema, ¿encuentras alguna otra fuente que reporte lo mismo? Si no encuentras un periódico serio que esté reportando el caso, es probable que la noticia sea falsa.

5.        Considera la seriedad: En Internet, abundan casos de desinformación accidental por no identificar que lo que se está leyendo es una sátira o parodia. Considera si la fuente en cuestión pudiera ser simplemente un chiste o clickbait.

6.        Considera el sesgo: Aún cuando se está obteniendo la información de fuentes “serias”, como lo son periódicos y revistas de tiraje nacional, debemos considerar el sesgo que pudiera tener el autor de lo que leemos. Cuestionemonos: ¿qué tan objetivo es este medio de información?, ¿apoya a algún partido político?, ¿de quién recibe dinero? Como es difícil que cualquier medio de comunicación sea completamente neutro u objetivo, vale la pena leer noticias de fuentes distintas para formar nuestra propia opinión respecto de un tema (Kiely & Robertson, 2016).

En tiempos de elecciones, estar bien informados se vuelve más importante que nunca, ya que nuestra decisión impactará lo que pasa en nuestros municipios, estados y en nuestro país, por lo menos, durante tres años. Ahora más que nunca, aprovecha toda la información que está disponible para tomar una decisión informada, pero cuida de dónde la obtienes, y qué es lo que compartes.

 

Referencias:

Emarsys. (2019). Top 5 Social Media Predictions for 2019. Acceso de https://emarsys.com/learn/blog/top-5-social-media-predictions-2019/.

Kiely, E. & Robertson, L. (2016). Factcheck posts: How to Spot Fake News. Acceso de https://www.factcheck.org/2016/11/how-to-spot-fake-news/.

Mazzei, P. & Medina, J. (2020). Las noticias falsas en español enfrentan a los votantes latinos con el movimiento Black Lives Matter. New York Times en Español. Acceso de https://www.nytimes.com/es/2020/10/21/espanol/elecciones-desinformacion.html.

Universität Mainz. (2013). The nocebo effect: Media reports may trigger symptoms of a disease. ScienceDaily. Acceso de www.sciencedaily.com/releases/2013/05/130506095305.htm

Daniela de la Garza

Daniela de la Garza realiza su servicio social con Líderes Ciudadanos. Es Estudiante de Derecho de quinto semestre del Tecnológico de Monterrey. Feminista.

Anterior
Anterior

Concurso: Imágenes Ciudadanas

Siguiente
Siguiente

Las mujeres en la lucha por el sufragio en México